La condena global por el genocidio en Gaza ha impulsado al sionismo en el poder en Israel a buscar mejorar la imagen de cualquier manera. Una de ellas, es impulsar movimientos separatistas árabes y africanos, con la esperanza lograr de paso debilitar a sus adversarios.
El Consejo de Transición del Sur de Yemen (CTS, en árabe: المجلس الانتقالي الجنوبي al-Majlis al-Āntaqālī l-Janūbiyy)[1] es una institución ejecutiva colegiada de carácter secesionista, no reconocida por la comunidad internacional y proclamada el 11 de mayo de 2017, durante la guerra civil yemení por Aidarus al-Zoubaidi y Hani Bin Breik. El CTS cuenta con el apoyo de un aliado de Estados Unidos en la región, Emiratos Árabes Unidos, y según la Corporación de Radiodifusión Pública israelí, Kan, habría ofrecido reconocer al estado de Israel a cambio de que éste reconociera al CTS como estado independiente. El apoyo israelí desempeñaría un papel clave en la protección de las rutas marítimas del Golfo de Adén y Bab al-Mandab, así como en el combate al traspaso de armas iraníes hacia Ansar Allah y a las actividades de células vinculadas a los Hermanos Musulmanes que operan junto a Saná, porque los huties han sido tenaces en sus ataques a los barcos que transportan pertrechos para Israel y han devastado el principal puerto de Israel, Eilat.
No contentos con eso, los israelíes han dado un paso polémico como es reconocer a Somalilandia, según informó el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu: «El Estado de Israel planea expandir inmediatamente sus relaciones con la República de Somalilandia a través de una amplia cooperación en los campos de la agricultura, la salud, la tecnología y la economía«, escribió en una publicación de X. Según el mandatario, el paso se ajusta al «espíritu» de los Acuerdos de Abraham, alcanzados bajo la iniciativa del presidente Donald Trump. La declaración fue firmada junto con el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Gideon Saar, y el líder de Somalilandia, Abdirahman Mohamed Abdullahi. Somalilandia se declaró como una nación independiente de Somalia en 1991, pero nunca llegó a conseguir la aprobación de la comunidad internacional. En abril de este año, The New York Times informó que Somalilandia quería obtener el reconocimiento de Washington a cambio del arrendamiento de un puerto y una pista de aterrizaje en la ciudad de Berbera, a orillas del mar Rojo. Por otro lado, el Departamento de Estado de EE.UU. comunicó que no está en conversaciones activas con representantes de Somalilandia sobre un acuerdo para reconocerla como Estado, precisando que Washington reconoce la soberanía y la integridad territorial de Somalia, que incluye a Somalilandia.
La condena de la decisión del país hebreo fue expresada por la Unión Africana (UA), y por los ministros de Asuntos Exteriores de Turquía, Egipto y Yibuti. El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Mahmoud Ali Youssouf, expresó su «profunda preocupación de los recientes acontecimientos relacionados con Somalilandia». De acuerdo con el comunicado de la UA, Youssouf «rechaza firmemente cualquier iniciativa o acción encaminada a reconocer a Somalilandia como entidad independiente». La Cancillería egipcia comunicó que los ministros de Asuntos Exteriores de Turquía, Egipto, Yibuti y Somalia mantuvieron conversaciones telefónicas en las que reafirmaron su «categórico rechazo y condenaal reconocimiento de Somalilandia, el portavoz el Ministerio de Exteriores de Turquía, Oncu Keceli, aseveró el viernes 26 que el reconocimiento de la independencia de Somalilandia «constituye un nuevo ejemplo de las acciones ilegales» por parte del Gobierno del país hebreo. También expresó su rechazo la propia República Federal de Somalia, cuyo Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional calificó la decisión israelí de «ataque deliberado» a su soberanía.
Muchos expertos señalan que el reconocimiento de Somalilandia es un intento de conseguir nuevos aliados en la región del mar Rojo. «Israel necesita aliados en la región del mar Rojo por muchas razones estratégicas, incluida la posibilidad de una futura campaña contra los hutíes».
En una nota publicada en el portal Al Mayadeen, Jamal Wakim denuncia los esfuerzos israelíes para dividir a los países del norte de África: Argelia y Egipto, una incitación a la lucha sectaria y los llamados a la partición en Siria, alentados por «Israel». El Movimiento para la Autodeterminación de la Cabilia de Argelia (MAK), de corte separatista, declaró su independencia el domingo 14 de diciembre de 2025 en una ceremonia celebrada en París por su fundador y líder Ferhat Mehenni, declaró su independencia de Argelia y anunció la formación de la República Federal de la Cabilia y la secesión de esa región de Argelia.
Paralelamente, el 23 de octubre pasado estallaron enfrentamientos en la aldea de Nazlet El-Galf, en la gobernación de Minya, Alto Egipto, tras rumores de una relación romántica entre un cristiano y una musulmana. Este incidente fue precedido por varias otras disputas sectarias en 2024, y según el articulista, está relacionado con el Plan Yinon, publicado en febrero de 1982, considera a Egipto un componente clave, aboga por su partición y el establecimiento de una entidad copta en el Alto Egipto tras la separación del Sinaí. Considera que ello llevaría a lafragmentación de otros países árabes del norte de África, incluida Argelia. En este contexto, cobrarelevancia el papel de los cristianos evangélicos «sionistas» para facilitar la implementación de la agenda israelí. Lo que ayuda a «Israel» a lograr sus objetivos son los movimientos políticos islamistas patrocinados por Gran Bretaña y Estados Unidos, los cuales atacan a diversos grupos religiosos, tanto musulmanes como cristianos, para justificar sus tendencias separatistas.
Como colofón, el 22 de diciembre último, Benjamín Netanyahu se reunió en Jerusalén ocupada con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, y el presidente chipriota, Nikos Christodoulides. De ese encuentro emanó una declaración conjunta donde acordaron reforzar la cooperación en materia de seguridad y tecnología. El diario Yedioth Aharonoth, en nota recogida por Al Mayadeen, reveló que «Israel», Grecia y Chipre planean establecer una “unidad de respuesta rápida”, concebida como una fuerza militar conjunta que operaría en el Mediterráneo oriental e incluiría componentes navales, aéreos y terrestres. Ese grupo militar sería desplegado en las islas griegas de Kárpatos y Rodas, así como en territorio de Grecia, Chipre e «Israel», para tratar de frenar la creciente participación de Turkiye en la región, lo que sin embargo no logró evitar el apoyo de Recep Tayip Erdogan al gobierno de Sudán en su lucha contra los rebeldes de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) aportando, entre otros elementos, sus ya famosos drones, que han sido de capital importancia para repeler el accionar de la guerrilla de Boko Haram en el norte de Burkina faso.


