En una movida sorpresiva, el líder del Sindicato de Camioneros, Hugo Moyano, ha reconfigurado el tablero del conflicto sindical al desplazar a su hijo Pablo de las negociaciones en torno a la no homologación del último acuerdo paritario. Tras reuniones intensas con representantes gubernamentales, Moyano padre se ha embarcado en la búsqueda de un nuevo convenio salarial para el cuatrimestre marzo-junio, en sustitución del que fue rechazado por el Gobierno.

El acuerdo tomó forma anoche, luego de una reunión entre Moyano y el secretario de Trabajo, Julio Cordero, inmediatamente después del encuentro de la CGT con altos funcionarios del Gobierno. La presencia inesperada de Moyano en la cita sindical marcó un punto de inflexión. Tras exponer los argumentos y las cifras que respaldan el incremento salarial propuesto, se acordó continuar las negociaciones este jueves en el Ministerio de Trabajo, de forma paralela a las deliberaciones en curso entre las cámaras empresariales.

Este cambio de rumbo por parte del líder sindical se produce en respuesta a la postura firme de la Casa Rosada, que se negó a validar un aumento del 45% para marzo y abril, estructurado en dos tramos (25% y 20% respectivamente), al considerarlo excesivo y en desacuerdo con la pauta salarial delineada por el Ministerio de Economía. Además, este acuerdo fue impugnado por cuatro cámaras empresariales del interior.

La amenaza de un paro por parte de Pablo Moyano, secretario adjunto de Camioneros, perdió fuerza tras este giro estratégico. Inicialmente, se había anunciado que no se realizaría ninguna acción hasta el jueves, cuando se decidiría en un plenario de 20.000 trabajadores, presidido por Hugo Moyano, el curso de acción a seguir. La posibilidad de un paro de 48 horas o una movilización a la Plaza de Mayo estuvo sobre la mesa.

Por su parte, Hugo Moyano convocó a las cámaras empresariales a una reunión programada para el jueves en la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros. Sin embargo, por el momento, entidades como la Federación Argentina de Entidades de Transporte y Logística (Faetyl) y la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC) están evaluando el nuevo panorama surgido en las negociaciones.

En esta nueva etapa, se contempla la posibilidad de firmar un nuevo acuerdo salarial por cuatro meses (marzo-junio), con porcentajes aún por definir, pero ajustados al marco oficial que busca mantener la compatibilidad con la inflación futura. Se espera que este acuerdo no incluya aportes extraordinarios del sector patronal destinados a la obra social de Camioneros, aspecto que generó objeciones por parte de algunas entidades empresariales.

El conflicto con el sindicato de Camioneros se erige como un caso emblemático para el Gobierno en su estrategia de no avalar incrementos salariales que excedan la inflación proyectada. La postura del ministro de Economía, Luis Caputo, fue clara al advertir que no homologarán acuerdos que carezcan de fundamentos sólidos.

En paralelo, el Gobierno ha encontrado una fórmula que podría desbloquear otras paritarias que excedan los límites establecidos. La homologación del aumento otorgado al Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (SUTERH), que se alinea con las previsiones inflacionarias descendentes, marca un precedente en esta dirección.

La CGT expresó su preocupación por la demora en la homologación de algunos acuerdos salariales, mientras que el Gobierno solicitó paciencia y un acompañamiento en línea con las proyecciones económicas. Se prometió agilizar el proceso de homologaciones pendientes.

El compromiso del sindicato de Camioneros de adaptarse a un escenario de inflación a la baja es destacado por funcionarios gubernamentales como un gesto positivo. Este cambio de postura podría allanar el camino para resolver otros conflictos salariales en el país.