Las portadas de los principales medios internacionales se han hecho eco en estos días del conflicto entre Camboya y Tailandia, que amenaza la paz en Asia de manera significativa.

Ambos países son monarquías constitucionales, la primera desde 1954/55 y la segunda desde 1932 con el nombre de Reino de Siam y desde 1949 bajo el nombre de Tailandia.

Ambos también comparten la misma opción religiosa, el budismo theravada, aunque algunas fuentes sostienen que el camboyano tiene fuerte influencia india.

Las fronteras entre Tailandia (entonces Siam) y Camboya fueron diseñadas principalmente por cartógrafos franceses durante la era colonial a principios del siglo XX, basándose en tratados franco-siameses de 1904 y 1907 con imprecisiones y desviaciones que crearon disputas persistentes, especialmente alrededor de sitios como el Templo Preah Vihear. Camboya formó parte de la Cochinchina francesa pero Tailandia nunca fue colonizada por europeos.

Si bien los enfrentamientos por disputas fronterizas son de vieja data, ¿Cuál es el motivo de la escalada militar de este año?

Tailandia fue durante la Guerra Fría un fiel aliado de Estados Unidos en el reinado de Bhumibol Adulyadej (1946/2016) y durante la guerra de Viet Nam dio apoyo logístico a los norteamericanos. A su muerte ascendió al trono su hijo Maha Vajiralongkorn Bodindhorndevarangkul con el nombre de Rama I, y la situación cambió. Maha se empezó a acercar a China, manteniendo con el gigante asiático un intercambio comercial bilateral de 76.100 millones de dólares en el primer semestre de este año; la inversión china se está desplazando de la infraestructura a sectores de alto valor como vehículos eléctricos, baterías y tecnología digital; Tailandia fue pionero en ejercicios conjuntos con las tres ramas del Ejército Popular de Liberación y el primero en la ASEAN en firmar un tratado de extradición con Pekín, hechos todos estos que desagradaron profundamente a Wáshington y la relaciones se tensaron, al punto que a mediados de noviembre Estados Unidos decidió las negociaciones para un tratado comercial con Tailandia con el argumento de que el país asiático había suspendido el acuerdo de paz firmado en octubre pasado con mediación de Trump.

Ni corto ni perezoso, Maha volvió su mirada hacía Pekin, y del 13 al 17 de noviembre pasado realizó una visita protocolar al gigante asiático, firmando importantes acuerdos y recibiendo financiamiento para obras de infraestructura, como al ferrocarril de alta velocidad  Bangkok-Nong Khai, cuya construcción debería haber finalizado en diciembre de este año pero el avance de obra no va más allá del 40%, crucial para integrar a Tailandia en la Iniciativa del Cinturón y la Ruta, para lo cual en 2014 firmó un Memorando de Entendimiento con la República Popular China, amén de reflotar un viejo sueño tailandés como es el Canal de Kra para conectar el golfo de Siam con el mar de Andamán y poner fin al “Dilema de Malaca”, que se refiere a la excesiva dependencia de la República Popular China (RPC) del Estrecho de Malaca, por donde pasaron en 2023 23,7 millones de barriles de petróleo, superando al estrecho de Ormuz.

Miembros de la clase dirigente tailandesa consideraron recientemente el Canal de Kra como un motor económico clave, proyectando ingresos anuales de 280 000 millones de dólares para financiar su Plan Estratégico Nacional de 20 años (2017-2036). Por eso Bangkok planea modernizar los puertos de Laem Chabang y Map Ta Phut. Hutchison Ports Group planea modernizar la Terminal de Contenedores D en Laem Chabang, añadiendo 17 grúas de muelle y 43 grúas pórtico sobre neumáticos.

«Debajo de la piedra está el cangrejo» describe un comportamiento natural donde los cangrejos se refugian bajo rocas para protegerse del sol, depredadores o las mareas, pero también es una metáfora popular para referirse a un problema oculto, una verdad incómoda o un obstáculo que impide un avance.

La creciente influencia de China no solo sobre Tailandia sino sobre los países de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) es la gran preocupación de Donald Trump, no el tema de los choques fronterizos. Mitigar la influencia del gigante asiático en la región es el objetivo que desvela a Wáshington y el Pentágono, esa es la verdad de la milanesa.