El 30 y 31 de agosto tuvo lugar en Tianjin (China) la 25ª reunión del Consejo de Jefes de Estado de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), alianza internacional creada en 1996 bajo el nombre de los Cinco de Shanghai. Es la quinta vez que se produce este evento en el gigante asiático.
De la presente edición participaron sus 10 miembros plenos (China, Kazajistán
Kirguistan, Rusia, Tayikistán, Uzbekistán, India, Pakistán, Irán, Bielorrusia), 14 miembros de diálogo (Sri Lanka, Turquiye, Armenia, Azerbaiyán, Camboya, Nepal
Egipto, Qatar, Arabia Saudita, Kuwait, Maldivas, Myanmar, Emiratos Árabes Unidos, Barein); Mongolia y Afganistán como observadores; 5 invitados (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), Comunidad de Estados Independientes (CEI), Turkmenistán, Naciones Unidas y Vietnam).
Los socios de diálogo en la OCS) no son miembros ni observadores pero tienen un interés en cooperar con la organización en diversas áreas como seguridad y economía, pueden asistir a reuniones y participar en actividades de la OCS.
Seis países (Bangladesh, Siria, Israel, Irak, Argelia y Laos) ha solicitado ser admitidos como miembros plenos, pero todavía no ha habido ninguna resolución al respecto. Hasta ahora, a un solo país del mundo se le ha negado el ingreso a la organización: Estados Unidos, en el 2005.
Turquiye se manifestó en el mismo sentido en julio del año pasado, y en el transcurso de esta Cumbre, Vietnam expresó su voluntad de hacerlo.
El presidente de Indonesia, Prabowo Subianto, no pudo asistir debido a los violentos incidentes producidos en su país a partir del 26 de agosto. Pese a que el gobierno aceptó la mayoría de las demandas de los manifestantes, no cesaron los incidentes y algunos analistas sostienen que el verdadero objetivo de las manifestaciones era la ausencia del país, cuarto del mundo en población, a la cumbre de la OCS.
El Occidente conceptual, ubicado en las márgenes del Océano Atlántico, por un lado observa con preocupación este tipo de reuniones, porque contribuyen a la consolidación de un orden mundial multipolar y se sustrae cada vez más a la hegemonía del dólar en las relaciones económicas internacionales.
La OCS se adhiere a los principios de apertura y no pretende formar alianzas ni dirigir sus acciones contra ninguna entidad soberana. Reivindica de forma activa y sistemática el diálogo, el intercambio y la cooperación, y defiende el cumplimiento estricto de los propósitos y principios recogidos en la Carta de las Naciones Unidas, como son la igualdad y la soberanía de los Estados, la inadmisibilidad de la intervención en sus asuntos internos, el respeto por la integridad territorial, la inviolabilidad de las fronteras, la no agresión, el arreglo pacífico de controversias y el no uso o amenaza de uso de la fuerza, así como de otras normas del derecho internacional reconocidas universalmente y dirigidas a mantener la paz y la seguridad, establecer alianzas entre Estados, proteger la soberanía nacional y respetar el derecho a decidir el propio destino y el camino hacia el desarrollo político, socioeconómico y cultural.
Quizás el anuncio más espectacular de esta Cumbre fue el del establecimiento de una alianza estratégica entre India y Rusia, sobre todo luego de los ataques de Donald Trump al país asiático. Narendra Modi se mostró sonriente junto a un Vladimir Putin exultante al hacer el anuncio el segundo día del evento. Además Putin, declaró lunes 1º de setiembre que la OCS podría asumir el liderazgo en el proceso de formación de un sistema de gobernanza global más justo, y avanzar hacia una comunidad de futuro compartido para la humanidad», afirmó.
La OCS abarca un territorio de unos 36 millones de kilómetros cuadrados y cuenta con una población de más de 3.400 millones de personas; su participación en el PIB mundial es de aproximadamente una cuarta parte y, en el comercio internacional, este índice supera el 15 %.
Por su parte, el presidente chino, Xi Jinping, manifestó que «el mundo se encuentra en un nuevo período de turbulencia y transformación, y la gobernanza global se encuentra en una nueva encrucijada. La historia nos enseña que, en tiempos difíciles, debemos mantener nuestro compromiso regional con la coexistencia pacífica, fortalecer nuestra confianza en la cooperación mutuamente beneficiosa, avanzar conforme a la tendencia histórica y prosperar al ritmo de los tiempos».
Paralelamente a la cumbre de la OCS, cinco países de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (Belarús, Kazajstán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán) realizaron maniobras militares en Belarus. Armenia, después de haber sufrido una derrota militar ante Azerbaiyán en la disputada región de Nagorni Karabaj en 2024, suspendió su participación en la OTSC y dejó de pagar las cuotas correspondientes.
La OTSC se basa en un tratado de 1992, si bien se instituyó formalmente diez años más tarde, en 2002. Este acuerdo político-militar, promovido principalmente por Rusia, surge como sucesor del Pacto de Varsovia de facto, se creó como contraparte de la OTAN y ha tenido una ampliación al recibir como miembros a algunas antiguas repúblicas soviéticas.
